It is the adventure of being far away and still feeling at home....

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viernes, 18 de junio de 2010

"Los de allá" vs. "los de acá". Expatriados y Repatriados: Ser extranjero en Argentina.


Los delata el acento, la vestimenta, y los sueños en un idioma incomprensible. Extienden la mano antes de ofrecer la mejilla.  Son los que revuelven con la bombilla antes del primer sorbo de mate.
A los ojos del Argentino, se trata de “los de allá”, porque jamás pertenecerán al grupo privilegiado y seguro de “los de acá”.
Están por todos lados. Los encontramos en nuestras oficinas, universidades, clubes y escuelas. Caminan por nuestras calles y plazas, mirando la ciudad con ojos fascinados, atentos y hasta críticos.
Miremos este mapa....


Suena conocido? Quizá no, justamente porque son completamente ajenos a nuestro mundo.
 
Si bien reciben diferentes nombres y  llegan de múltiples rincones del mundo que nada se parecen entre sí, a su llegada a nuestro país los espera el sello inconfundible de una identidad única y  poderosa: todos se convertirán en... los extranjeros.
Simplemente, sapos de otro pozo. Se sentirán diferentes, distintos y hasta distantes.   Los ciudadanos locales, por su lado, les harán el favor de confirmarles sus sospechas: los "nuevos" son  y serán inevitablemente "los otros". Estos otros no solo representan la constante incertidumbre y la diferencia, sino que además obligan al ciudadano local a confrontarse con lo desconocido de sí. Acaso no todos tenemos un costado exiliado de nosotros mismos, del que nada queremos saber?
  
Pero… quiénes son exactamente los extranjeros? Veamos...

Viajeros temporarios atraídos a la Argentina por una temporada de tango y fútbol, o por un amor argentino
Diplomáticos y ejecutivos asignados a un traslado internacional
Jóvenes profesionales que buscan en nuestro país sus primeras prácticas profesionales en un entorno multicultural
• Y hasta Argentinos repatriados que vuelven a un país diferente al de sus recuerdos, encontrándose con los ojos avejentados de padres que no vieron envejecer en los últimos años.
 La lista sigue.
  



Por qué interesarse por el extranjero?

El extranjero atraviesa un período de transición entre culturas que multiplica sus dificultades de adaptación. La diferencia de lenguas y costumbres, así como el impacto de lo nuevo y diferente configura un escenario de incertidumbre que parece no tener fin: el shock cultural. 
Quienes viven, estudian o trabajan con personas de otras  realidades culturales también atraviesan un shock cultural allí donde se hace inevitable negociar, consensuar o compartir con alguien que "nada tiene que ver con nosotros". Se asemejan a un personaje de ficción del paradójico"Mundo del Revés" que nos susurraba hace algunas décadas la cantante argentina Maria Elena Walsh.  Se espera que esa figura desconocida -sujeta a más prejucios y estereotipos que realidades medibles - se adapte y adopte el "único modo correcto de hacer las cosas": el nuestro, por supuesto....
Sin embargo,  y contrario a lo que se supone, el ciudadano local tambíen tiene la responsabilidad de alojar y recibir. Simplemente porque la extranjeridad es compartida.  Parafraseando a Julia Kristeva: “El extranjero empieza a emerger con la conciencia de mi diferencia y concluye cuando todos nos reconocemos como extranjeros”.



Rechazar o recibir? Esto dependerá del tipo de observador que somos. Es el otro una oportunidad única de aprender a mirar el mundo a través de otros ojos? O solo se trata de un vecino indeseable que jamás se va a parecer a  la gente de mi bando? 

Sin embargo, nuestra interacción con personas de otras culturas es una oportunidad inigualable  de potenciar recursos creativos para la acción. Estos recursos se denominan competencias interculturales y amplian la perspectiva, multiplicando los matices en nuestra paleta de colores culturales. Nos hacen más humildes, y a la vez poderosos y concientes de las diversas formas que existen de percibir la realidad.  Incluso nos hace más libres. Libera las ataduras que nos sujetan a un único modo posible de ver y hacer. Redefine el  viejo mazo de cartas con el que nos tocó jugar a lo largo de nuestras vidas, enseñándonos que es posible jugar a otro juego y con otras reglas.


Ahora, es el turno de ustedes. Los dejo con algunos interrogantes:
En un mundo cada vez más diverso y globalizado, como  comunicarse efectivamente con personas de otras culturas, haciendo de lo distinto un capital, y no una amenaza?

Cómo convertirnos  en ciudadanos del mundo: flexibles, multifacéticos y capaces de enriquecernos con las diferencias?
  
Si alguna vez trabajaron con personas provenientes de otras culturas o si vivieron en el exterior, este es el momento de compartir su experiencia!  Extranjero en Argentina?  Argentinos repatriados? Alguna vez se sintieron verdaderamente diferentes? 
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1 comentario:

TUNANNY.COM dijo...

Interesante artículo,,, Soy uruguaya de nacimiento pero suelo definirme como no "100% uruguaya". No me siento identificada con mucho de la idiosincracia y ni siquiera "legitimada" a responder algo en nombre de "los uruguayos" por esto que digo de no sentirme plenamente uruguaya. No tomo mate, pero eso puede ser sólo anecdótico, nunca fui a ver las "llamadas", conocí Punta del Este no hace tanto tiempo, no espero que el Estado me resuelva las cosas (cosa que si hacen mucho de mis compatriotas), he estado en contacto con culturas diferentes a través de viajes, el estudio de idiomas "extraños", vivir y haber estado casada con un extranjero. En suma: a veces me siento "extranjera" en mi propio país, del cual - y a pesar de todo - rescato muchas cosas positivas. Por tanto, creo entender a los "verdaderos extranjeros" :-)